Terre Nere
Mermelada Extra de Manzana de Etna con Miel de Zagara, 350 g
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Mermelada elaborada con dos variedades de manzanas del Etna: "Delizia" y "Cola", cultivadas en pequeños manzanares situados entre 600 y 1400 metros de altitud, donde los huertos dan paso a los escarpados bosques del volcán.
Las manzanas se cosechan en octubre y se almacenan de forma natural en almacenes rurales hasta marzo.
Perfectas para desayunos y meriendas, para rellenar pasteles y tartas.
Ingredientes:
Manzanas de Etna, azúcar, zumo de limón, miel de azahar (1,5%). Gelificante: pectina.
Fruta utilizada:
60 g por 100 g.
Azúcares totales:
54 g por 100 g.
Cómo nace.
Respeto por la tierra
La empresa se ocupa personalmente de la materia prima, desde la siembra hasta la cosecha, dando preferencia a los pequeños productores para controlar mejor todos los procesos que preceden a su llegada a la empresa.
El azúcar, único conservante natural de nuestros productos, se combina con la miel Zafferana Etnea, para obtener un dulzor refinado con un contenido calórico reducido, con la ventaja de una palatabilidad extraordinaria que sólo la miel de primera calidad puede garantizar.
Además, las cáscaras de los mejores cítricos se confitan en miel de azahar mediante un proceso exclusivo que las hace suaves y crujientes y mantiene intactas su fragancia y aroma.
Seguimos el ritmo de las estaciones
No se utiliza fruta de invernadero ni congelada, sino que sólo se procesan productos frescos, no más de veinticuatro horas después de su recolección.
Incluso el zumo de limón utilizado procede de limones frescos, exprimidos en la granja sólo en el momento de la elaboración.
Una cuidadosa selección de los productores y de sus productos, que varía de una temporada a otra en función de la bondad de los años y de las cosechas, lleva a elegir sólo las mejores frutas, mieles y especias, que se combinan y procesan cuidando al máximo sus características organolépticas.
Un producto verdaderamente artesanal...
La selección, la preparación y el pelado de la fruta son procesos estrictamente manuales; esto permite conservar y preservar al máximo la consistencia y la integridad de la fruta, al tiempo que se elimina el más mínimo defecto e imperfección con el cuidado del que sólo son capaces los ojos y las manos humanas.
